25/06/2020

La noche de las hogueras apagadas

Por Pedro Lechuga Mallo

Vulcano, dios romano del fuego, fue hace unos meses víctima de la capacidad extintora de la COVID-19, cuando fue testigo de cómo este virus apagaba de un plumazo las Fallas. Pero no por ello, ha dolido menos el apagón de las hogueras de San Juan en aquellas ciudades, como León, en las que disfrutamos de la cristianización de la fiesta pagana del solsticio de verano. La COVID-19 ha demostrado que no sólo apaga la llama de las vidas humanas, sino también el fuego en torno al cual nuestros ancestros se reunían para dar fuerza al Sol, ya que tras ir ganando en protagonismo, a partir de ese momento la noche comenzaría a ir comiéndole de nuevo terreno.

Es paradójico que en unos momentos en que parece que estamos viendo la luz en todo lo relacionado a la COVID-19, incluso en una semana en la que se ha desvanecido el estado de alarma, la oscuridad empiece a comerle espacio a la luz. Sólo queda esperar que esto no sea premonitorio y volvamos a la oscura noche en la que estuvimos inmersos durante meses.

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