15/10/2020

¡Vamos!

Por Pedro Lechuga Mallo

En un momento en el que nuestro país necesita referentes en diferentes ámbitos de capital importancia para el futuro, un manacorí de 34 años nos ha dado una vez más una lección de la que todos debemos aprender. Y por qué no decirlo, quizás algo de esperanza, ya que si tenemos la suerte de contar con una persona así en el mundo del deporte, a lo mejor también aparece un político que abandere y defienda sin descanso los mismos valores que Rafa Nadal. No me vale la excusa barata de que deporte y política no se mueven por los mismos principios. Porque en el mundo del deporte también existen trileros, tramposos y embusteros. Entiendo que parece una quimera encontrar a un político que dignifique el valor del esfuerzo, sea un caballero o una dama, según el caso, tanto en la victoria como en la derrota y tenga una trayectoria marcada por la coherencia.

Pero fíjense si en este país somos imbéciles y cainitas, que incluso ha habido ocasiones en que talibanes de la ignorancia y de la supremacía han salido de sus cuevas para criticar algunas acciones o comentarios hechos por el poseedor de trece copas de los Mosqueteros. Es más, seguro que más de uno se habrá removido en su trono de la verdad absoluta al ver cómo los ojos de Nadal se humedecían al escuchar el himno de España, lo que demuestra que es un facha despiadado y defensor de la opresión a los pueblos que encarnan los verdaderos valores democráticos. Así es el nivel intelectual e ideológico de algunos y algunas en nuestro inigualable país.

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