03/12/2020

Todo es cuestión de números

Por Pedro Lechuga Mallo

No nos engañemos, nuestro pasado, presente y futuro, tanto individual como colectivo, ha estado, está y estará regido por los números. Pero no nos equivoquemos, este axioma no es sinónimo del aburrimiento que erróneamente vinculamos habitualmente con las matemáticas. La dictadura de los dígitos nos regala, más veces de las deseadas, situaciones paradójicas y juegos de efectos que en nada tienen que envidiar al mejor espectáculo de ilusionismo. Pero cuando se baja el telón y echamos los arrestos para enfrentarnos a nosotros mismos y reflexionamos sobre cómo jugamos con los números a nuestro antojo y según nuestros intereses, es cuando nos enfrentamos a la cruda realidad.

Empezamos nuestro viaje numérico por el 176. Sí, efectivamente, es el número de la llave que buscan incansablemente los inquilinos de la Moncloa para abrir la caja mágica de los presupuestos. Mi tocayo Sánchez no iba a ser una excepción y desde hace ya algún tiempo se puso a jugar con el ábaco del Congreso de los Diputados, consiguiendo finalmente mover las bolas hasta conseguir su objetivo. Pero lo realmente histórico es que lo haya conseguido, supuestamente y según los dueños de las bolas que unidas suman 176, sin tener que pagar ningún peaje. Hace ya décadas que los gobernantes de nuestro país, independientemente de sus siglas, han tenido que extender todo tipo de cheques al portador para conseguir llegar a esa cifra tan deseada. Los más benevolentes lo llamarán negociación política y los más irreverentes se inclinarán por calificarlo como una práctica muy cercana al chantaje. Sólo hay que ir a la hemeroteca para saber qué es lo que esconden los políticos cuando niegan rotundamente algo.

Lee aquí el artículo completo publicado en La Nueva Crónica.