Dudas. Muchas dudas son las que me persiguen. Sé que actualmente no es tendencia dudar, pero aun así no puedo remediarlo. El asunto es de tal importancia, que me parece un craso error despacharlo rápidamente y no reflexionar concienzudamente sobre las diferentes aristas que nos ofrece la libertad de expresión en las redes sociales. La única certeza que tengo es que no es un tema baladí y que éste no debe resolverse con unos pocos caracteres.
Hace unos días Twitter suspendió, primero temporal y luego permanentemente, la cuenta de Donald Trump. La justificación esgrimida para realizar dicha acción fue por no cumplir las normas de funcionamiento de esta red social e incitar al odio. Esta decisión, como era de esperar, fue aplaudida por millones de usuarios y criticada por otros tantos. Pero lo verdaderamente importante sería saber cuántos de unos y otros han dedicado unos minutos de su tiempo a sopesar realmente lo que está en juego, dejando a un lado por un momento sus fobias o filias.
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