En ocasiones la casualidad nos convierte en espectadores o protagonistas de situaciones de una belleza inusitada o que nos dan un frío y doloroso baño de realidad. Hasta hace unos años lo normal era que dichos momentos viajaran hasta el espacio donde nuestra masa gris almacena los recuerdos, pero en la actualidad los dispositivos móviles te permiten inmortalizarlos.
El pasado fin de semana durante mi estancia en la Costa da Morte, las meigas me regalaron la oportunidad de utilizar mi móvil para captar una estampa con halos de irrealidad y otra que atesora una realidad indudable, como es el paso del tiempo y de las distancias abismales entre generaciones.
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