Para que luego nos riamos de los globos sonda. Hace unos meses salió a debate público la posibilidad de que nos cobraran por el uso de las autovías. El revuelo que se originó fue considerable y parecía que el tema se había aparcado. Se llegó incluso a invocar que esto sólo se materializaría si había consenso. Y resulta que ahora nos enteramos de que esta propuesta ya ha sido enviada a Bruselas y que para 2023 tendremos el honor de aumentar nuestra aportación a las arcas del Estado. Me surge la duda de qué entienden algunos por consenso, pero como dijo Sabino Fernández la tarde del 23-F refiriéndose a Alfonso Armada «ni está ni se le espera».
Mi reflexión no va contra unas siglas concretas, ya que los que ahora están en la oposición también contemplaron la misma idea cuando tenían el bastón de mando. Es decir, esta decisión va de una nueva tomadura de pelo que, como siempre suele pasar, tiene como víctimas a los ciudadanos. Es increíble la capacidad de aguante que tenemos, nos exprimen cada vez más y más, damos alguna pequeña coz de protesta, pero luego nos volvemos sumisos y así una y otra vez.
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