Es lo que tiene ser familia numerosa. Padre y madre no pueden contentar a todos por igual. Cuando hay que decantarse sólo por uno de los vástagos es cuando se dejan entrever algunas preferencias. Es imposible contentar a todos en ciertas situaciones y es ahí cuando existen dos opciones. Señalar con el dedo al elegido, sabiendo que al resto no les va a parecer bien, o no elegir a ninguno aunque esto suponga que al final nadie salga beneficiado. Ya saben, mal de muchos, consuelo de tontos.
Eso es precisamente lo que han pensado desde la Junta de Castilla y León cuando al presentar las ciudades castellano y leonesas que quieren optar a la sede de la Agencia Espacial Española, se han olvidado curiosamente de no poner su orden de preferencia entre las candidaturas, como se indicaba en las normas publicadas en el BOE para tramitar esta solicitud. Ser tantos hijos conlleva a momentos incómodos como éste. En esta ocasión padre y madre han decidido que como supuestamente quieren a todos los hijos por igual, prefieren dejar la decisión en manos de la justicia espacial que mora en Moncloa. Esta actitud no sería reprochable si padre y madre siempre hicieran lo mismo, pero chirría un poco, por decirlo finamente, cuando para otras decisiones no les importa que el hijo más pequeño o el menos agraciado se quede sin un trozo de tarta en beneficio de otro hermano.
Lee aquí el artículo completo publicado en La Nueva Crónica.