Nunca pensé que iba a compartir esta experiencia con nadie y para más inri dejarla por escrito. Aunque no lo crean soy muy vergonzoso y me cuesta compartir mis vivencias más íntimas y personales, pero hay momentos en la vida en que hay que rasgarse la camisa y tirar la casa por la ventana, aunque en este caso quizás sea más idóneo decir tirarse por la ventana de la casa. Al menos este fue uno de mis pensamientos tras mi primera vez.
La verdad es que nunca había dedicado mucho tiempo a pensar cómo sería y menos con quién perdería mi virginidad. Sí que había escuchado a amigos hablar del tema, pero siempre me pareció una situación lejana en el tiempo, aunque sabía que algún día llegaría. Y efectivamente ese día llegó. No fue premeditado sino el resultado de un cúmulo de casualidades que sin habérmelo imaginado me llevó a que tres chicas fueran las culpables de que tuviera que enfrentarme a mi primera vez. Sus nombres Sonia, Alba y Tamy. Como para olvidarlos. Entiendo que ya estarán pensando que estoy tardando mucho en dar detalles jugosos, así que no voy a hacerles esperar más.
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